Un amplio espacio le han dedicado a este comedor donde la luz y el color son los protagonistas.
Una estancia de 26 m2 se han destinado al comedor. Con la ventaja de disponer de dos amplios ventanales que aportan luz natural a la habitación, la diseñadora a dado rienda suelta al color.

Los intensos del verde con el azul y las pinceladas del blanco consiguen un perfecto turquesa visual. La mezcla de líneas rectas con clásicas, de puntas y curvas aportan movimiento al conjunto total.
A destacar la presencia del papel que ejerce de anfitrión presidiendo el conjunto. En definitiva un ambiente muy oriental pero con aire fresco. Mezcla de color y actualidad.
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