Los colores en muchas ocasiones nos transmiten sensaciones o ideas preconcebidas, por eso cuando pensamos en gris nos viene a la mente la melancolía o la tristeza. Hoy quiero haceros cambiar de opinión y enseñaros que el gris en casa puede ser un elemento neutro que admite mil posibilidades.
El gris en decoración es un elemento neutro al igual que pasa con el beige o el piedra. Admite multitud de composiciones; se puede emplear con otros colores neutros como el blanco, el negro o los decapados. Pero mi criterio como decorador me lleva a emplear el gris como base y enriquecer la estancia con detalles en color. Podemos emplear este tono en multitud de materiales como pinturas, papeles, maderas y otros revestimientos. También juega un papel fundamental en tejidos, tales como cortinas o tapizados; no me quiero olvidar de los complementos, jarrones, cuadros, y demás, en los que el gris también se ha convertido en protagonista.
COMO ELEMENTO NEUTRO
Aquí podéis ver un claro ejemplo en el que el gris se convierte en protagonista. Se han empleado varios tonos de gris creando una composición muy seria y sofisticada donde el capitoné del cabecero es el punto fuerte.
COMO BASE.
Esta es la opción por la que en muchas ocasiones me decanto con el gris. Emplear el gris como base te permite jugar con ciertos complementos de la decoración con la que conseguiremos crear una composición el la que destaquemos ciertos aspectos de la misma o realcemos aquello que nos interesa.
A continuación veremos algunos ejemplos en los que el gris sirve de base y con toques de color conseguimos una composición personal.
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